A cuenta de las Navidades vamos a hablar de un tema que está mas que trillado, y sin embargo lo vemos continuamente.
La pasada semana nos pidió ayuda una clienta que tiene una cachorra preciosa. La quiere dar porque se fue a vivir a una finca y un familiar con toda su buena fe se la regaló sin consultarle, para que cuidara la casa por las noches. Resultado: después de 3 meses no puede hacerse cargo… trabajo, niños, etc. No fue su decisión y no tiene capacidad para educarla, jugar con ella ni atenderla como se merece.
A menudo nos preguntan donde adquirir un cachorro para alguien que recientemente ha perdido a su perro o gato, para que no estén tan tristes. O si sabemos de perros pequeñitos para ancianos que han enviudado, o viven sólos, o no salen suficiente a pasear (un perrito le obligaría a salir todos los días)
Siempre contestamos lo mismo. Un animal no se regala. Adoptar debe ser una decisión consciente y meditada, asumir que durante muchos años vas a ser el responsable de la vida de otro ser vivo, con el esfuerzo en tiempo y dinero que eso conlleva. Por eso debe ser uno mismo el que de el paso. Sin excepciones.