Las experiencias que tenemos los mamíferos durante las primeras etapas de nuestras vidas nos marcan el resto de la existencia. Crecer en un ambiente tranquilo, sentirnos protegidos por nuestras madres, poder interaccionar con nuestros hermanos o cachorros de la misma edad, ir descubriendo el mundo y despertar nuestra curiosidad en un entorno tranquilo es de gran importancia, y da igual si hablamos de humanos, lobos o delfines.
Para los perros o gatos ocurre exactamente lo mismo. Jamás se debería separar a los cachorros de su madre recién nacidos para que una persona los alimente a biberón, y no es nada saludable separarlos con 3 ó 4 semanas en cuanto pueden comer un poco de pienso humedecido. Si la hembra, no puede por la razón que sea, dar de mamar a toda su progenie, podemos ayudar alimentando a los cachorros, pero nunca deberíamos sacarlos del entorno familiar las primeras semanas de vida, es más, ni los primeros meses.
Un animal que ha pasado 2 meses y medio ó 3 con su madre y hermanos, tiene, como mínimo, una base emocional infinitamente superior a otro que no. En general, son animales más equilibrados, seguros, curiosos y amistosos. No es una ciencia exacta, pero la experiencia nos dice que en muchos casos de ansiedad o fobias, el vínculo madre-hijo no se hizo correctamente, y los dueños te cuentan que lo encontraron en un contenedor aún con los ojos cerrados, un criador sin escrúpulos se lo envió por MRW con 4 semanas escasas, o vino de Ucrania también con 3 ó 4 semanas en condiciones pésimas.
Una madre no sólo da leche, da calor y seguridad, protege, crea un entorno saludable, y a medida que la camada va creciendo, les riñe cuando le aprietan las mamas con sus puntiagudos dientes o muerden a sus hermanos, enseñando a no utilizarlos para jugar. Les permite ser curiosos y explorar, pero sin obviar los peligros. Supervisa el juego entre hermanos, en el cual no sólo se socializan, sino que aprenden «civismo» y a no utilizar la fuerza bruta, a ser respetuosos y a compartir. Además, cada uno va definiendo su carácter, por lo que veremos todos los roles: el líder, el curioso, el mimoso, el tímido, el tranquilo… Sus primeras experiencias del mundo son positivas, lo que sentará las bases para hacer de él un animal feliz que, al fin y al cabo, es de lo que se trata.