Desde que abrimos la guardería, de vez en cuando, nos han pedido un servicio que por ética nos negamos a dar: las estancias permanentes.
Personas con un buen nivel adquisitivo, que no quieren o pueden deshacerse de su animal, y sin ningún problema económico para pagar nuestros servicios hasta la muerte del perro o gato.
Es un servicio que no ofrecemos ni lo haremos jamás, ya que aunque resulte tentador (a nadie le viene mal el dinero), creemos que una residencia no es el lugar apropiado para pasar toda la vida. De la misma manera, que a los niños les viene genial ir a campamentos, pero nadie pensaría que es bueno que se queden toda su vida allí.
Los animales tienen necesidades físicas y emocionales y en Peludos cubrimos tanto unas como otras. Es un espacio de diversión, libertad, ocio y socialización, vamos, unas vacaciones. Pero no podemos dar el mismo arraigo a todos los huéspedes que una persona da a su perro o gato en casa, de la misma manera que un monitor de campamentos no sustituye a unos padres.
Además, el dueño que iba a subir cada dos días a jugar con su perro o gato, va espaciando cada vez más las visitas debido a que el animal muestra cada vez más indiferencia ya que está estableciendo ese vínculo con nosotras.
Nuestro límite son 6 meses puesto que sencillamente hay momentos en la vida que no puedes hacerte cargo: tratamientos largos de enfermedades, traslados temporales de trabajo, obras en casa, etc
Los peludos disfrutan aquí, y así queremos que sea, un espacio para ellos de ocio y diversión, pero con la tranquilidad que aporta saber que cuentas con tu propia familia.