Estos días hemos tenido alojados a cuatro perros de la Guardia Real, del Ejército de Tierra, dos pastores alemanes y dos pastores belga malinois. Siempre es interesante y un placer observar a estos bellos animales y la interacción tan bonita que tienen con sus guías. De primeras, no son especialmente amistosos con cualquier persona nueva que se les acerque, están muy especializados en su profesión, ya sea detectar explosivos, estupefacientes, realizar ataque y defensa o participar en asaltos a edificios por ejemplo en secuestros con toma de rehenes. La transformación viene cuando están con sus guías y ellos te los presentan… de repente son como cachorretes llenos de alegría y cariño y llama muchísimo la atención el amor enorme e incondicional con el que los miran, atentos a cualquier señal que les permita complacer a ese humano alrededor del que gira toda su vida.
Es este vínculo el que más nos interesaba y hablamos mucho con ellos sobre esto. Lo cierto es que hay personas que a un perro de trabajo lo ven como a una herramienta, por suerte nada más lejos de la realidad. Nos sorprendió gratamente que alguno de los perros ya vive en casa del guía, y esto no es tan habitual. Aún nos sorprendió mas que los cuatro tenían claro que adoptarían a su peludo una vez el ejército los hubiera jubilado, y pensaban darle la mejor vejez posible en familia. Pero por desgracia todavía demasiados perros que una vez retirados del servicio acaban sus días en una perrera. ¡Que injusticia! después de todo lo que han aportado a los humanos… En otro artículo del blog hablábamos precisamente de este tema: Heroes de 4 patas, asociación que busca adoptantes para perros de trabajo senior. ¡Se lo merecen! ¿Alguien se anima a adoptar un superheróe, aunque no lleve antifaz?