Igual que ocurre con humanos, a nuestros peludos les podemos aplicar el “somos lo que comemos”. Es importante elegir bien su dieta ya que conseguiremos un animal fuerte, saludable, y con menos problemas veterinarios.
Pero también es verdad, que no tenemos necesidad de convertirnos en especialistas en nutrición animal.
Y es que en esto, como en todo, el sentido común es lo más importante.
Ni hace falta que nos gastemos el sueldo en él, ni el pienso más caro tiene por qué ser el mejor, ni es necesario atiborrarle a pastillas si ya come un pienso de calidad (calcio para los huesos, condroprotectores para las articulaciones, ácidos grasos para piel y pelo…) a no ser que exista un problema de salud.
Ni en el caso contrario, no es el basurero de la casa y se le echa al plato todas las sobras, ni un pienso de 10kg a 10€ es bueno por mucho que en el etiquetado indique “buey y verduras frescas”. Y, por supuesto, no deben comer huesos ¡jamás! Esto merece una mención especial, cuando la gente nos dice: “los perros han comido huesos toda la vida y no les ha pasado nada”. Nosotras respondemos que los perros se morían antes y nadie se preguntaba de que, y además ¿alguien ha visto en los documentales a los lobos cazando y dejando vísceras y carne, y comiéndose sólo los huesos? Que nosotras sepamos comen las partes blandas y nutritivas, los huesos los utilizan para jugar y extraer el tuétano, y el resto del esqueleto lo aprovechan los carroñeros.
Cuando un animal está sano y bien alimentado su aspecto y actividad así lo demuestran:
*Su pelo está sano y brillante, sin caspa ni seborrea ni exceso de olor.
*Su peso es correcto, no hay delgadez extrema ni obesidad.
*Su energía es buena, y es activo y alegre.
*Las heces son duras, bien formadas y con poco olor. No hay muchas flatulencias ni estreñimiento.
*Su salud es buena, no enferma con facilidad y frecuencia.
A la hora de elegir un pienso debemos seguir ciertas pautas:
*Comprarlo en un centro especializado, en clínicas veterinarias, en criaderos o en residencias. Nosotras desaconsejamos los piensos del supermercado porque mucha publicidad y muchos aditivos, pero muy baja calidad de ingredientes y un etiquetado muy engañoso en numerosos casos.
*Que contenga carne fresca, ni restos, ni cenizas.
*Que no tenga mucho contenido en cereales.
*Si no puedes permitirte gamas altas, cómpralas sólo en la etapa de cachorros, ancianos, embarazo y lactancia, el resto de la edad adulta dale una gama media, hay buenos piensos con una relación calidad-precio excelente que podemos emplear durante un montón de años.
*Le podemos dar alguna chuche y complementos sanos tipo manzanas, queso, algunos frutos secos, alguna latita de sardinas, etc. De vez en cuando, siempre que no exista sobrepeso, y teniendo en cuenta el tamaño del peludo, no le podemos dar dos quesitos a un caniche por ejemplo, es como si nosotros nos comiéramos un Idiazábal de una sentada.
Y por supuesto, no obsesionarse ya que ni tienen por qué hacer 3 comidas al día ni todos los días deben tener el mismo apetito. Así que si nuestro peludo está bien de peso y un día no tiene hambre, pues que no coma, no pasa nada. También comen menos en verano o en la época del celo.
Si está sano, fuerte y bello, ¡lo estás haciendo bien!